martes, 13 de mayo de 2008

Invocación


Levanta tu voz, al vuelo de tus besos congelados en el albor de mis recuerdos y sintoniza el murmullo de la algarada de mi alegría. Despierta de tu silencio dormido en la nostalgia de mis amores y bebe del cántaro de mis abrazos que acicala la sorpresa de traer consigo mi aprecio y mi consuelo de ver tus ojos color de cielo.

Agita tus manos sedientas del sabor de mis agrestes líneas de pasión depositadas por las llanuras de tu mirada celestial y así callas la ausencia de tu nombre por la estancia de mi rostro. Iza con ímpetu los estandartes que definen mi respeto por tu acaramelada amistad que sostiene la franqueza de mis latidos alimentados del mar de tu entusiasmo.

Alumbra con fuerzas esas córneas que me hacen ver que te trasfiguras en el sabor de la grandeza de la creación cuando te empeñas en excavar túneles dentro de mi alma. Rompe el silencio con lo que te apetezca poner en el Olimpo escondido en tus labios donde refresco mi sediento querer.

Libera tu danzante pensar en las ráfagas de mi fe para anudar el esplendor sónico que dibuja grávidamente la tormenta de mi amor en el velo cautivo de tu existencia. Déjame oír tu voz y encauzar mi sentimiento resumiendo la esencia de mi afecto en la melodía veraz que une mi pecho con lo más refinado que he visto a la luz de mis lágrimas: el fuego de tu amor alumbrando como hoguera a mí escaramuzado corazón.

12/2/2004
Luis G.

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