martes, 13 de mayo de 2008

No me extrañes


No me extrañes, pues me dolería tanto que fuese el culpable de tu tristeza, el que provoque inocentemente una tormenta de nostalgias en el desierto mi ausencia y las aves de rapiña pretenda sabotear mi descanso para robarme lo mucho que te quiero.

No me extrañes, que aún no es hora de cruzar el Portal de luz que me desligue del mundo, sólo estaré regando mis oraciones al cielo para regresar al cobijo de tus abrazos.

No me extrañes, estaré tan cerca de ti que te dará gusto que mis letras se refugien bajo la faz de mi amistad y el aroma de mi picardía te hará abrazar la esperanza que fertiliza mi fidelidad.

No me extrañes, aunque te suene a letanía, no dudes de mi ruego dejado en el lecho de mis labios que no volverán a ver tus vocablos hasta que el tiempo deje las huellas que tenga que dejar en la soledad mecánica del reloj y aguarda con prudencia el retorno de mi existencia por la gruta de tu corazón sensible.

27/11/2003
Luis G.

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